Clarinete/Alto/Bajo/Requinto

El Clarinete:

El clarinete pertenece, al igual que la flauta, el oboe y el fagot, a la familia orquestal del viento-madera. Es un aerófono de lengüeta simple. Se construye en madera, ebonita o ABS y su perfeccionamiento, en el siglo XIX, con un sistema de llaves mejorado le situó en un lugar privilegiado entre los instrumentos. La belleza de su timbre lo hace apto para interpretar pasajes como solista además de ser un instrumento de enorme agilidad. Se compone de:
  • Una boquilla (que normalmente está fabricada en ebonita o en cristal) con una lengüeta (o caña) sencilla sujeta a ella por una abrazadera.
  • Un tubo de orificio cilíndrico compuesto por varias piezas de madera dura (ébano o granadilla) o resina sintética llamadas: barrilete, cuerpo superior y cuerpo inferior. En estos dos últimos existen agujeros y llaves que se tapan o se presionan con los dedos. Algunos agujeros se cierran con las llaves presionadas o sin presionar.
  • Un pabellón o campana.
El nombre proviene al añadir el sufijo -et, que significa pequeño, a la palabra latina clarino, que significa trompeta (pequeña trompeta). En el Barroco generalmente se utilizaba para sustituir a ese instrumento, debido principalmente a su capacidad para realizar cromatismo, cosa imposible de conseguir en la trompeta natural.

El timbre del clarinete es rico en matices y posibilidades expresivas. Junto a la flauta y el violín es el instrumento más ágil de la orquesta; puede emitir cualquier matiz extremo en cualquiera de sus registros, lo que hace de este instrumento una voz sumamente versátil, dicha capacidad de emitir matices extremos en cualquier registro es única entre todos los instrumentos de viento. También es uno de los instrumentos con una de las extensiones más grandes en su registro: el soprano alcanza más de cuatro octavas (desde un mi2 y por encima hasta las posibilidades del músico) y los modernos clarinetes bajos ampliados sobrepasan las cinco octavas.

Como consecuencia, cuando el ejecutante abre el portavoz, el salto de nota no es de ocho notas como en el oboe, el fagot (cuya geometría es cónica) o la flauta (en la que, aun siendo cilíndrica, el tubo es un cilindro abierto), sino de doce (o sea, una octava más una quinta). El segundo armónico (par) ha sido ignorado. El sistema más generalizado actualmente en el diseño de las llaves del clarinete es el Böehm.

Se han escrito grandes obras y conciertos para el clarinete, entre los que destaca uno de los conciertos mejor valorados de la historia, el Concierto en La Mayor para clarinete y orquesta de Wolfgang Amadeus Mozart.

El Clarinete Alto:
El clarinete alto es un instrumento de viento de la familia del clarinete. Es un instrumento transpositor afinado normalmente en Mi♭, aunque se han fabricado en Fa y, en el siglo XIX, en Mi. También es llamado clarinete contralto, siendo este nombre aplicado especialmente al instrumento en Fa. En tamaño se encuentra entre el clarinete soprano y el clarinete bajo, con el cual tiene un gran parecido en su cuerpo recto, hecho de madera de granadilla, o en ocasiones, desde los años cincuenta, de ebonita, con un cuello curvado y una campana hecha de metal. Aparentemente tiene un gran parecido con el corno di bassetto, pero normalmente se diferencia de este en tres puntos: está afinado en Mi♭, carece de un registro de bajos tan extenso como éste, y tiene un agujero más ancho que la mayoría de los corno di bassetto.

El Clarinete Bajo:
El clarinete bajo, inventado en 1836 por Adolphe Sax, es un clarinete afinado en Si (bemol), que emite sonidos una octava por debajo del clarinete soprano.

Su forma recuerda a la de un saxofón tenor, pero con dos diferencias: su cuerpo es cilíndrico en vez de cónico, y el material es la madera, (en concreto ébano), en vez de latón.

Este instrumento transpositor fue introducido en la orquesta por Giacomo Meyerbeer, para su ópera Los Hugonotes. 

El Requinto:

El requinto es un clarinete habitualmente afinado en Mib (Mi bemol); o sea, una cuarta por encima del clarinete soprano en Sib. Como éste, el requinto es también un instrumento transpositor. Tiene la cualidad de empastar perfectamente con oboes y fagots, incluso más que con los propios clarinetes en Sib o La.

Este instrumento está presente en orquestas y bandas sinfónicas. Se han escrito obras sinfónicas con papel destacado para este instrumento, entre las que destacan las composiciones del el maestro Manuel Lillo Torregrosa como su afamada Vivencias o su Concierto para Requinto y Clarinete.

El requinto es un instrumento muy difundido en Cantabria, donde se conoce como pitu montañés, y se toca acompañado de tambor, conociéndose a la pareja formada como piteros. Se difundió en la región desde mediados del siglo XIX y sustituyó en gran medida al silbu, a la vozaina y a la gaita como instrumento empleado en la interpretación de piezas del folclore cántabro, especialmente en la zona de La Montaña.

Entre los piteros históricos más conocidos destacan: Mediavilla "el de Villapresente", Bosio y Martín, y Tomás Castillo de Anievas; en la actualidad, Alfonso Díaz Casado y Paco San José.


*Fuente: Wikipedia